Este es un autor muy entretenido, ya había leído su «trilogía de los escribas», con «La biblioteca de los muertos», el mejor y muy recomendable, «La llave del destino» y «El fin de los escribas».
Nos encontramos ante un novelista, tipo Dan Brown, en este mismo libro hace una pequeña mofa sobre el, con lo que ello conlleva. Es una prosa rápida, ágil, con mucha documentación de por medio, y mucha ficción.
En esta ocasión nos mete en la piel de al parecer un descendiente del mismísimo Rey Arturo, y del escritor Thomas Malory, que en el siglo XV recopilo las historias de este.
Estamos ante una novela de las que se pusieron de moda hace unos años, de templarios, misterios de la biblia, y como la de este caso, la búsqueda del Santo Grial.
Como siempre habrá una asociación secreta «maléfica» que esta dispuesta a todo con tal de hacerse con el. Y por otro lado, un héroe, versado más en la cultura que en la acción, que se junta con una chica, que le ayuda a resolver el misterio.
La chica en esta ocasión esta metida de pegote y con pinzas. Pero la historia esta entretenida, haciéndote viajar a otras épocas, donde vamos viendo que ocurrió con el Grial, a lo largo de la historia.
Una de las curiosidades de la novela, es visitar la Barcelona actual, el Monasterio de Montserrat, y encontrarnos en la época de Gaudi, visitando la ficción de lo que le pudo pasar, su misteriosa muerte atropellado por un tranvía.
En definitiva una novela entretenida, sin muchas pretensiones, más allá de eso, entretener, y que para mi gusto, se estropea estrepitosamente con el final.
Reseña bastante corta, ya que el libro es corto y rápido, y si se cuenta mucho más, podría desvelarse parte de la trama, que le haría perder su gracia.