Tras dos malas experiencias con los anteriores libros reseñados («Esta noche arderá el cielo» y «El Apocalipsis de los muertos»), necesitaba desintoxicar con un buen libro, bien escrito y que tuviera sentido. Ese es el motivo de ir sobre seguro y elegir a Juan de Dios Garduño, y este «Y Pese a Todo…», como no podía ser de otra manera, no me ha decepcionado.
Me pille un buen cabreo cuando abrí el paquete donde «tío Amazon» me envío el libro, porque venia con la portada de la adaptación cinematográfica, que poquito me gusta esta en general (el que estoy leyendo actualmente le pasa lo mismo, será la siguiente reseña), por suerte era solo una falsa cubierta vende libros con el tirón de la película y lo pude tirar a la basura, quedándome con la que mola, la de la foto que acompaña al artículo.
No me quejo de la película, que a mi me gusto, pero como pasa en cantidad de ocasiones (que no siempre, no seamos pedantes), este libro esta mucho mejor que su adaptación, eso si, no me quitaba de la cabeza las caras de Matthew Fox y Jeffrey Donovan cuando veía a Patrick y Jack, en este caso no fue malo del todo.
Nos trasladamos a la ciudad de Bangor, Maine ciudad natal de Stephen King (gran homenaje), donde tres supervivientes lidian con el frío y la soledad tras la casi total destrucción de la humanidad en una cruda 3ª Guerra Mundial, donde los ataques biológicos han acabado con casi todo, y ha creado nuevas cosas, con las cuales es imposible la convivencia.
Lo interesante del tema es que los dos supervivientes adultos, viven en casas contiguas pero no se dirigen la palabra. Durante las páginas iremos viendo los motivos, y como en un pasado fueron grandes amigos.
La otra superviviente es la hija de uno de ellos, y bueno el perro del otro, al cual se le coge demasiado cariño. Hasta aquí los personajes que nos encontramos en el 90% de la novela, y con los que vamos a tensionarnos por momentos cuando les empiece a ir mal, porque los nuevos habitantes de la tierra les vendrán a visitar, y ya os adelanto que no son unos zombies de palo, sino unos seres muchos más temibles.
En este libro se profundiza mucho más en el pasado y trasfondo de los personajes, y en como han llegado hasta aquí, en mi opinión de una manera muy satisfactoria para una novela de menos de doscientas cincuenta páginas.
Juan de Dios Garduño es garantía de entretenimiento y de buen oficio de escritor, disfrute garantizado (ya reseñamos «El Hijo del Mississippi»), deseando de leer su última novela «Cenizas». ¡LARAGA VIDA A GARDUÑO!
Edito: Agradecimientos del autor vía twitter.
Pingback: La Carretera. Cormac McCarthy. | Apaga tu Tele
Pingback: Tres Enanos y Pico. Ángel Sanchidrián | Apaga tu Tele