Resulta que me cruce un un tweet del señor Juan de Dios Garduño (autor de «Y pese a todo…» y «El hijo del Mississippi»), en el cual comentaba que estaba leyendo el libro que nos trae hoy aquí, y decía que se estaba entreteniendo mucho y riendo más. Como me parece una persona de fiar, según lo leí, eche el libro en la cesta del «Tío Amazon» y al día siguiente estaba en casa. Ahora os contare que me ha parecido a mí.

Nos encontramos con una novela de aventuras, completamente enfocada al humor, al más puro estilo Terry Pratchett, rozando en muchas ocasiones el absurdo absoluto, momentos en los cuales a mi me saca en ocasiones por ser tan exagerado, pero no lo suficiente para desistir con él. Una vez que comprendes el tono al que te enfrentas, lo disfrutas bastante, ya que la historia te lleva a ello.

Seguimos las andanzas de Wilfo Medrano, un humano lamentable, que esta empeñado en estudiar la forma de vida de la raza enana, y consigue una beca para desplazarse a Villa Trifulcas a convivir durante un año completo con ellos.

Vivimos en la villa, borracheras y violencia extrema, como forma de vida de los enanos, y como el debilucho Wilfo se intenta a adaptar a la forma de vida de los enanos. Conoce allí a un variado grupo de enanos con nombres tan directos como Cazurra, Grosa, Robusta o Riñas.

Por otro lado nos encontramos con un monarca elfo bastante racista, el cual planea radicar al resto de las razas del mundo donde nos encontramos, y urde un plan para comenzar con los enanos, alentando a orcos, trolls y similares a atacarlos, para conseguir el 2×1 de que se destruyan entre ellos, sin que los elfos se manchen las manos.

Todo esto nos lleva a lo largo de las páginas a una «épica» batalla final al más puro estilo de «La Batalla de los Cinco Ejércitos» de Tolkien, mostrando en todo momento las miserias de todos, en especial la de los humanos.

Y es en estos últimos donde la sátira es más marcada, y donde se muestra con más efusividad la vileza de la raza, aprovechando para hacer una directa alusión a la realidad, cargada de políticos corruptos, constructores delincuentes y el largo etcétera que puedes encontrar en cualquier telediario actual. No nos deja nada bien a los humanos, pero es que nos lo merecemos.

Como ya he dicho en ocasiones el humor simplón con referencias me saca un poco, como llamar a uno de los personajes Assassins Cris en alusión a la saga de videojuegos, pero es un «problema» mío que no me encaja ese tipo de humor absurdo. Pero en otras ocasiones me he reído bastante, como mayormente la manera de hablar de los trolls.

En ningún momento a sido tan grave como para desear terminar el libro, o incluso dejarlo, ya que al final la historia te engancha, y aunque es un trasfondo de la típica aventura fantástica, cogiendo un poco de aquí y allá de los referentes del genero, por si sola es una historia muy entretenida, que podría escribirse sin el tono de humor y funcionaria igualmente, aunque no inventara nada.

En definitiva, creo que es perfectamente recomendable, para pasar un rato distendido, y sacarte varias risas, pero cuidado que tambien encontraras una violencia extrema en ocasiones que se utilizara como humor negro.