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100 Lugares que visitar antes de morir. 3 Glaciar Perito Moreno

El glaciar Perito Moreno es una inmensa masa de hielo con un frente de 5 kilómetros y una altura sobre el agua de 60 metros que encontramos en la provincia de Santa Cruz en la Patagonia Argentina.
En 1981 la UNESCO declaró al Parque Nacional Los Glaciares como Patrimonio Natural de la Humanidad.

Imagen satelite

Uno de los mayores espectáculos que puede visualizar el visitante es el derrumbe de parte del glaciar que esta en constante movimiento. Estas caídas no son culpa del maldito calentamiento global, el Perito Moreno es uno de los pocos glaciares que no están viendo disminuido su tamaño por este fenómeno. Adjuntamos video casero para hacernos una idea de la espectacularidad del fenómeno.

Se puede (más bien se debe) realizar un trekking por el glaciar, la ruta comienza junto al Lago Argentino, en Brazo Rico, y durante 11km ascendentes, llegaremos a la zona central del glaciar.
Es una ruta de una dificultad media no por la pendiente ni por la distancia, sino porque hay ir bien equipados para adentrarse en un glaciar, algo que siempre entraña cierto riesgo por las grietas y el hielo en movimiento.

También es muy recomendable una navegación en catamarán por el lago, acercándose a la base del glaciar.

Como va siendo habitual, amenizamos el artículo con una leyenda. Esta versa sobre los primeros pobladores de la zona los tehuelches quienes al llegar el invierno comenzaban a emigrar a pie hacia el norte, donde el frío no era tan intenso y la caza no faltaba.

Se dice que cierta vez Koonex, la anciana curandera de una tribu de tehuelches, no podía caminar más, ya que sus viejas y cansadas piernas estaban agotadas, pero la marcha no se podía detener.

Entonces, Koonex comprendió la ley natural de cumplir con el destino. Las mujeres de la tribu confeccionaron un toldo con pieles de guanaco y juntaron abundante leña y alimentos para dejarle a la anciana curandera, despidiéndose de ella con el canto de la familia.
Koonex, de regreso a su casa, fijó sus cansados ojos a la distancia, hasta que la gente de su tribu se perdió tras el filo de una meseta. Ella quedaba sola para morir. Todos los seres vivientes se alejaban y comenzó a sentir el silencio como un sopor pesado y envolvente.
El cielo multicolor se fue extinguiendo lentamente. Pasaron muchos soles y muchas lunas, hasta la llegada de la primavera. Entonces nacieron los brotes, arribaron las golondrinas, los chorlos, los alegres chingolos, las charlatanas cotorras. Volvía la vida.

Sobre los cueros del toldo de Koonex, se posó una bandada de avecillas cantando alegremente. De repente, se escuchó la voz de la anciana curandera que, desde el interior del toldo, las reprendía por haberla dejado sola durante el largo y riguroso invierno.
Un chingolito, tras la sorpresa, le respondió: «nos fuimos porque en otoño comienza a escasear el alimento. Además durante el invierno no tenemos lugar en donde abrigarnos.» «Los comprendo», respondió Koonex, «por eso, a partir de hoy tendrán alimento en otoño y buen abrigo en invierno, ya nunca me quedaré sola» y luego la anciana calló.

Cuando una ráfaga de pronto volteó los cueros del toldo, en lugar de Koonex se hallaba un hermoso arbusto espinoso, de perfumadas flores amarillas. Al promediar el verano las delicadas flores se hicieron fruto y antes del otoño comenzaron a madurar tomando un color azulmorado de exquisito sabor y alto valor alimentario. Desde aquél día algunas aves no emigraron más y las que se habían marchado, al enterarse de la noticia, regresaron para probar el novedoso fruto del que quedaron prendados.
Los tehuelches también lo probaron, adoptándolo para siempre. Desparramaron las semillas en toda la región y, a partir de entonces, «el que come Calafate, siempre vuelve.»

100 Lugares que visitar antes de morir. 1 Las Cataratas de Iguazú

Damos comienzo a una nueva sección del blog, en la cual vamos a recopilar, como bien se deduce por el título, 100 lugares de todo el planeta que todo ser humano debería visitar antes de morir. Por descontado se entiende que esto pasaría en un mundo idílico, ya que solo una pequeña parte de la humanidad tiene posibilidad de visitar muchos de estos lugares, y una mínima porción de esta podría llegar a visitar todos estos lugares que se irán publicando en el blog.

La entrada de hoy la dedicamos a nuestro seguidor en twitter @CreandoEco en el día de su cumpleaños. FELICIDADES.

Como ultimo apunte antes de ir al turrón, significar que no siguen un orden correlativo de importancia ni nada similar.

Cataratas de Iguazú . Nombradas como una de las siete maravillas naturales del mundo. Se encuentran en el Parque Nacional de Iguazú, Argentina y en el Parque Nacional do Iguaçu en Brasil.

Los parques nacionales donde se encuentran están conformados por el río Iguazú y la selva Misionera. Cuenta con 275 saltos de agua de hasta 80 metros de altura. El principal atractivo es la “Garganta del Diablo”, la cual cuenta con una unión de saltos de 150 metros de longitud y una caída de 80 metros de altura en forma de herradura.

Actualmente se pueden realizar paseos en lancha bajo los saltos y paseos por senderos en los cuales además de disfrutar del paisaje podremos encontrarnos con animales de la selva semitropical.

El 80% de los saltos se encuentran en el lado argentino, así como la mayoría de los recorridos, pero desde el lado brasileño encontramos una vista panorámica espectacular.

El 11 de noviembre de 2011, las cataratas del Iguazú fueron elegidas provisionalmente como una de las “Siete maravillas naturales del mundo”. El 22 de febrero de 2012 la fundación New7Wonder finalmente confirmó que estas cataratas son oficialmente una de las “Siete maravillas naturales del mundo”.

Para terminar el artículo una bonita historia sobre la creación de las cataratas.
Cuenta la leyenda que hace muchos años, habitaba el río Iguazú, una enorme y
monstruosa serpiente cuyo nombre era Boi. Los indígenas guaraníes tenían que sacrificar una vez al año una bonita doncella y entregársela a Boi, arrojándola al río.
Para esta ceremonia se invitaba a todas las tribus guaraníes. Fue así como un año llego al frente de su tribu, un joven cacique cuyo nombre era Tarobá; el cual al conocer a la bella doncella india, que ese año estaba consagrada al sacrificio y cuyo nombre era Naipi, se reveló contra los ancianos de la tribu e intentó convencerlos para que no sacrificaran a Naipi, sin conseguirlo.
Para salvarla decidió raptarla y la noche anterior al sacrificio monto a Naipi en su canoa e intentó escapar por el río. Pero Boi que se había enterado de esto, se enfado y su furia fue tal que encorvando su lomo partió el curso del río formando las cataratas, atrapó a Taroba y a Naipi; a él lo transformo en los árboles que hoy podemos ver en la parte superior de las cataratas y a la cabellera de la bella Naipi la transformo en la caída de las mismas. Luego se sumergió en la Garganta del Diablo, y desde ahí vigila para que los amantes no vuelvan a unirse, pero, sin embargo, en días de pleno sol, el arco iris supera el poder de Boi y los une.

Los datos de altura, número de caídas y volumen proceden de World Waterfall Database