Crónica Lúdica 6.17. Zombicide Black Plague

Tras saltarnos una semana, volvimos a juntarnos en la sede de la Asociación Juvenil Místicos de Arkat, esta vez para darle al plástico y matar unos cuantos pútridos zombies, en una edad media fantástica, vamos lo que viene siendo jugar a Zombicide Black Plague. Con dos nuevas incorporaciones, una de ellas a la postre imprescindible.

Empezamos fuertes y muy confiados.

Bien es cierto que todo comenzó un poco mal, ya que yo mismo y mi persona, que éramos los encargados de llevar el juego en esta ocasión, dejamos con las prisas olvidados en casa los paneles de control de personaje, siendo esta una de las mejoras básicas de esta edición respecto a los anteriores Zombicide. Tras aguantar estoicamente varias raciones de abucheos merecidos, montamos el setup, explicación rápida y a matar zombies.

Fuimos dispersándonos, aunque solventando la situación.

Elegimos la misión número 3, «Los Pastores», que consistía en rescatar a aldeanos ocultos en la viviendas, pudiendo estar alguno de ellos infectados. Pese a ser un juego colaborativo, nos separamos y cada uno fue hacer la guerra por sus parte, cosa que más tarde pagaríamos, aunque nos fuimos reagrupando.

La primera aparición de un Nigromante nos vino muy a desmano, por lo que se escapo y dejo otra vía fija de aparición de zombies, con lo que teníamos un chorreo de ellos saliendo en cada aparición.

A base de hechizos, hacíamos ¡¡MAZO RUIDO!!

Nuestro muy joven mago, hizo añicos a un montón de apestosos zombies, con lo que subió rápido de nivel, lo que normalmente conlleva… ¡Mas Zombies!. Especialmente épica la una tirada de ballesta, con pifia incluida, quitando heridas al personaje de su propio padre, esta juventud viene pisando fuerte.

Fuimos solventando las oleadas de bichos, a base de atacar y huir, hasta que nuestra ilustre monja guerrera consiguió el hechizo especial en una cámara secreta y comenzó hacer escabechina. Cosa que finalmente no salió bien del todo, ya que fuimos cayendo irremediablemente, uno por uno, hasta que la monja guerrera pereció por una carta de movimiento extra. Y no podemos decir que no fuera doloroso, todavia se escuchan los ecos de sus gritos en la aldea.

Instantes antes de perecer entre insoportables dolores.

Lo que normalmente es una desventaja, quedarnos sin figuras de zombies que sacar, con lo cual la regla dice que los zombies de ese tipo tienen una activación extra, se torno en ventaja hacia nosotros, ya que nuestro mago esta en solitario en la otra punta del tumulto, y en la última casa que quedaba por investigar y salvar aldeanos, no pudieron aparecer más enemigos que dos corredores, y las activaciones extras no dieron para alcanzar al héroe de la tarde, que con unas épicas tiradas de dados, liquido a los dos corredores y alcanzo el último objetivo.

No se puede expresar la alegría del héroe, ovacionado por todo lo alto por todos, henchido de victoria, le dijo a su padre, «Papa, cuando compramos este juego», y papa sabe que le va a tocar pasar por caja tarde o temprano.

El personaje del héroe de la jornada

En estos artículos normalmente traigo primeras impresiones de los juegos que voy probando, en esta ocasión este juego es uno que tengo muy trillado, y que pese a su sencillez, gracias a su temática y a que soy un enamorado del plástico, me gusta mucho. Por eso escribí más bien una crónica, o diario de batalla. Pasamos una buena tarde, sobre todo el más joven logrando la victoria final para el equipo. Todos contentos menos la cartera del progenitor, pero no tanto.

El 80% de las fotos de este articulo son de Tony Manhatan, a demás autor de otra crónica de la sesión de juego en el blog «oficial» de la asociación, que puedes leer aquí.

Deja un comentario