Crónica Lúdica 8.17. Twilight Struggle

Habitualmente en esta sección estoy metiendo primeras impresiones de juegos que pruebo, y en ocasiones pequeños reportes de partidas cuando ya es un juego al que le he dado más partidas. En esta ocasión voy hacerlo sin siquiera haber terminado la partida, ya que tuvimos que dejarla antes de acabar, pero no se podía dejar de hacer. Y es que con solo seis turnos, estoy enamorado de este juego, con todo el hype que llevaba, temía que me quedara descafeinado, pero ha cumplido todas las expectativas.

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Por el titulo y la foto hace rato que sabéis que estamos hablando de Twilight Struggle, juego en el que se representa el periodo histórico conocido como «Guerra Fría» ocurrido entre 1945 y 1989 entre las dos grandes potencias del momento EE.UU. y U.R.S.S., pero que en definitiva afecto a todo el planeta, y es ahí donde jugamos. Todo ello para dos jugadores.

Tenía muchísimas ganas de probar este juego, considerado por una amplia mayoría como el mejor juego que existe, de cualquier categoría. Al ser un juego al que le tienes que dar parte de ti, y ser solo para dos, no es sencillo sacarlo, pero tras una serie de bajas en las filas regulares del grupo de juego, quedándonos en dos unidades individuales pensantes (apoyados un rato a ultima hora por un observador «neutral»), hizo que la tarde en la Asociación Místicos de Arkat fuera propicia para jugarlo.

Al ser mi primera partida me cedieron el bando ruso, que comienza más fuerte en el periodo de guerra inicial, con cartas más propicias en general. Sin ser un juego nada complicado en cuanto sus reglas, si que se me escaparon conceptos que me hicieron no adelantarme lo suficiente antes de que comenzara la guerra media, con lo que pague mi falta de pericia con una remontada por parte de los americanos.

Tuvimos que dejarlo a mitad del 6º turno, y con la última carta que jugo EE.UU. el marcador se puso un punto a favor de estos, por lo que me lleve una derrota moral, y probablemente absoluta, ya que a partir de ese turno es complicado ser el ruso, no creo que hubiera podido darle la vuelta. La mayoría de las cartas que me entraban eran del rival, y me toco mandar muchas a la luna, todas las que pude, pero no era suficiente.

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En definitiva me pareció un juego redondo, completísimo, con mecánicas muy sencillas que explotan el motor de cartas al máximo. Siendo sencillo como digo, tienes que tener en cuenta muchísimos factores, muchos frentes en los que achicar agua, pero la sensación de agobio es la misma para ambos bandos.

Con un conocimiento superior de las cartas creo que puede ser una maravilla, una experiencia lúdica difícilmente igualable. Mira que me gusto el 13 días, pero este es otra liga. Un juego superior en todos los aspectos, medido al milímetro y del que no sera la última partida que juegue, eso si, por desgracia con la app, que simplifica tareas más tediosas, pero quita el preciosismo de jugarlo en tablero.

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