Un buen juego en caja pequeña, con otra magistral explicación, reglas en mano, de nuestro amigo Tony Manhatan. Jugamos una partida a cuatro de esta segunda parte del juego El Valle de los Reyes, para la que no es necesario el primero. Motor de cartas, con mecánicas deck-building sencillas. Caja pequeña, editado por Devir, y al parecer sin erratas, y eso que todo lleva texto. Aquí os contamos sensaciones y pequeña explicación tras nuestra partida den la asociación Místicos de Arkat.

Lo más curioso tal vez es como es la disposición el draft de cartas disponibles, en forma de pirámide, pudiendo elegir las tres de la base de la pirámide y cayendo las demás hacia abajo.

Las opciones que te dan las cartas son las típicas de estos juegos, pudiendo crear combos con los que conseguir multiplicar tus ventajas. También tienen opciones de interacción y puteo, así como beneficios para los rivales.

Para poder puntuar tienes que sepultar tus cartas en tu propia tumba, sacándolas del juego y esperando a la puntuación final. Unas puntúan por los propios puntos de victoria, y otras por set de cartas del mismo palo. También puedes «quemar» cartas de manera definitiva para todos, buena opción para no permitir a otros coger ciertas cartas, ya que tu solo puedes meter en tu tumba una por turno (salvo efectos de cartas), así que «mejor muerta que con otro».

Todas las cartas tienen un valor de compra y lleven algo de oro asociado para futuras compras. El juego es fácil de asimilar, y se coge rápido la mecánica.

Por el precio no descarto incluirlo en mi ludoteca, eso si estará abajo en la lista ya que no es un imprescindible, es un juego agradable al que no le digo que no a una partida, pero nada super espectacular.

La temática egipcia mola bastante, aunque podían habérselo currado más con las ilustraciones de las cartas, son muy realistas, pero nada impactante.