Un clásico moderno que todo el mundo recomienda para introducirse en los juegos de mesa, y que curiosamente no suele ser habitual que posteriormente se reniegue de el, como si suele pasar con Catan por ejemplo. Salen anualmente nuevos mapas, juegos nuevos ampliando reglas, y pijadas varias. Preparar vuestros equipajes, acomodaros en vuestro compartimento y disfrutar del viaje.

La versión que he tenido la suerte de probar es la de Europa, siendo la original en EE.UU. y teniendo un par de reglas nuevas. Por lo que he podido investigar, me parece que estas dos reglas que introduce la versión de Europa es totalmente acertada, ampliando las posibilidades al juego.

Al principio de la partida se nos repartirán tickets de destino, en los cuales pone dos ciudades, nuestro objetivo será unir estas dos ciudades aportando vagones de nuestro color entre las rutas marcadas en el mapa. Esta acción la haremos coleccionando cartas de vagones con el color de la vía, cuando tengamos tantas cartas como tramos de vía necesarios, podremos descartarlas para cubrir el tramo con nuestros vagones. Cubriendo los distintos tramos que unen las dos ciudades de nuestro ticket es como lograremos los puntos de victoria que otorga este.

Jugar a cuatro jugadores hace que posiblemente tengas que cubrir tramos que necesariamente necesite otro jugador, ser el primero en hacerlo marcara la diferencia, ya que sino es así posiblemente te toque dar un rodeo mayor, gastar una estación (una de las novedades de esta versión que no había en el original) par poder usar las vías de otro, o lo que sería peor, quedarte sin cubrir tu ruta y tener que restar esos puntos de victoria.

Cuando vas cubriendo tus rutas iniciales puedes robar rutas nuevas para aumentar tus puntos. esto es más sencillo jugado a dos, ya que no te estorbas tanto, y más complicado según aumenta el número de jugadores ya que el mapa se estrecha. Eso sí hay que contar con que tu número de vagones para poder cubrir rutas es finito, y puedes quedarte sin cubrir tramos, por lo que hay que gestionarlo lo mejor posible.

Otra de las novedades que introducía esta edición con respecto al original son los túneles, que hacen variable el número de vagones necesarios para cubrirlos, ya que tienes que robar tres cartas del mazo de vagones, si salen uno o más del color que tienes que cubrir, tendrás que aportar más cartas de las que inicialmente suponías, lo que conlleva un riesgo intentar cubrirlos. Me parece una mecánica muy acertada.

Nos encontramos con un juego muy sencillo de sacar a mesa, ya que es fácil de explicar, fácil de jugar, y muy divertido. Los no habituados a los juegos de mesa disfrutan y se enamoran de el, pidiendo habitualmente que se lo saques. Y si estas habituado ha jugar a muchos juegos diferentes, no te desagrada para nada sacarlo, ya que dentro de su sencillez, es muy divertido. Tenemos que destacar también que además de todo esto, es un juego muy bonito, su tablero, sus trenecitos, lo vistoso que queda según se va llenando el mapa de vagones, una «cucada».

La última versión completa en aparecer, «la Vuelta al Mundo», introduce la posibilidad de viajes transoceánicos entre continentes, lo cual me llama mucho la atención y me deja con ganas de probarlo, pese a que pierda la esencia de los viajes continentales por vía ferroviaria.