En esta ocasión nos ha costado un poco más reunirnos para continuar nuestra campaña de Imperial Assault, más de un mes para ser exacto, pero lo hemos conseguido, esta es la historia de como unos apestosos Rebeldes sucumbieron ante la superioridad numérica y la fuerza bruta del Imperio Galáctico. Aquí os contamos unos retazos de como va la campaña de Imperial Assault que se esta llevando a cabo en la Asociación Místicos de Arkat, en la que tengo la suerte/honor de representar al bando Imperial.
Estamos ante la segunda misión principal de la historias que los Rebeldes desbloquearon tras salir victoriosos en la primera misión «Secuelas». Ni los Rebeldes ni el bando imperial deciden gastar nada de experiencia, ni dinero para cheetar sus efectivos, siendo conservadores y esperando a la siguiente misión.
De primeras los Rebeldes encuentran un escenario mucho más amplio que en las ocasiones imperiales. Sus tres objetivos están cada uno en una punta diferente del escenario, y cometen su primer error, ir todos juntos, sin calcular el tiempo que les llevara ir a cada lugar, enfrentándose a fauna local, y varias sondas imperiales.
Disposición inicial del escenario.
Las condiciones de victoria para el bando Rebelde son llegara a tres terminales y desactivarlos con una prueba de habilidad. Para que ganen los buenos, tienen que pasar siete rondas sin que los Rebeldes lo consigan, o herir a todos ellos.
No obstante todo parece comenzar bien para los Rebeldes, Gaarkhan y Fenn Signis se enfrentan con un poderoso Nexu y se lo quitan rápidamente de en medio. Llegan rápidamente al primer terminal, mientras Diala Passil se las apaña con varias sondas imperiales. Pero el primer terminal se resiste al manazas Gaarkhan, ya que su atributo para poder desconectarlo solo le permite tirar un dado, y no consigue los dos éxitos requeridos.
Las cosas se ponen muy feas para los Rebeldes.
El bando imperial tiene en principio pocos efectivo, pero va dejando pasar las rondas y aumentando su nivel de amenaza. Para dar más quebraderos de cabeza a los Rebeldes, las sondas se acercan peligrosamente a Diala Passil, atacándola intensivamente y autodestruyéndose, consiguiendo herirla, anotando una muesca en el cinturón de los imperiales, pese a que se quedan en este momento sin efectivos.
En el momento que los Rebeldes consiguen desconectar el primer terminal, el nivel de amenaza aumenta ostensiblemente, y el Imperial llamara refuerzos a porrillo. Y es ahí cuando se percatan de que llevan el tiempo muy ajustado y comienzan a correr, pero las cosas a partir de eso momento no les irán nada bien, dado que aparece el General Weiss y su descomunal At-At maqueado, con el cual concentra toda su potencia de fuego contra un despistado Fenn Signis pasándolo a modo herido también .
Intenso fuego imperial sobre la chepa del wookie.
La única esperanza de los Rebeldes reside en las fuertes espaldas de Gaarkhan, el cual se dirige a por el tercer terminal al tiempo que sus dos renqueantes compañeros abren la segunda puerta, encontrándose de frente con un Nexu enrabietado que quita de en medio definitivamente a Fenn Signis.
Con un esfuerzo final y bajo fuerte fuego imperial, Gaarkhan logra acercarse a la tercera puerta, para sucumbir frente a la misma, y dar la victoria al bando de los buenos, el poderoso Imperio Galáctico.
Los tres Rebeldes heridos y derrotados.
Es sorprendente lo ajustado que esta balanceado el juego, dejando casi siempre las victorias para la última ronda, incluso en la última tirada de dados. Este escenario parece que comienza con pocas unidades Imperiales, pero luego salen muchos refuerzos, y al ser amplio los Rebeldes lo tienen complicado. Por no contar los eventos que suceden según van abriendo puertas, otra potente ventaja para el Imperio.
Estos sucios Rebeldes tendrán la triste excusa de que falto uno de los jugadores habituales y lo sustituyo un compañero que esta algo oxidado, pero me da que va hacer por venir más habitualmente a darle al plástico starwaril.
CONTINUARA…
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