Todo el mundo hablando bien de este juego y yo sin catarlo. Mi amigo Fernando me había insistido en varias ocasiones para enseñármelo, ya que es un enamorado de él. Por una cosa o por otra nunca hacíamos hueco. No fue hasta un Café Marciano en Generación X Alcalá de Henares (base permanente del mismo), cuando cargando con mil juegos cada uno, el más rápido saco este Viticulture, lo monto y todos tan a gusto nos pusimos a jugarlo. Aquí unas primeras impresiones, retomando las buenas costumbres en el blog.

El primer miedo, que me echaba un poco para atrás, era que íbamos a jugarlo a seis, su cantidad máxima, y número no muy «amable» habitualmente para este tipo de juegos. Por no hablar de que cinco de nosotros no habíamos jugado nunca. Sorprendentemente tras una rápida explicación (con un par de fallos subsanados a mitad de partida, gracias Sr.Pirrakas), y debido a que todos los que estábamos en la mesa arrastrábamos algo de experiencia en los tableros, el juego fue sorprendentemente fluido.

Se comienza intentando hacerlo relativamente asimétrico, gracias a las cartas de papa y mama, que se reparten al azar, con las que basicamente se obtienen los recursos y ventajas con los que iniciara cada jugador. El dinero, algún edificio ya construido, etc.

En un despliegue de producción maderil extremo, cada jugador cuenta con un set de trabajadores y edificios de su color, siendo estos últimos todos diferentes (uno de los motivos del precio final del juego).

Todavía no he dicho de que se trata esto. Tenemos un tablero individual que representa una bodega, que tendremos que ir mejorando, plantando, cosechando y madurando nuestros mejores caldos, para cumplir con pedidos.

En el centro de la mesa tendremos un tablero común, donde mediante la mecánica de colocación de trabajadores, iremos realizando las acciones. En el mismo tablero estará el track de puntos de victoria, un resumen del turno de juego y espacio para todas las cartas que usaremos en la partida.

Iremos haciendo la mejor producción posible de vino para ir cumpliendo los contratos, hasta que uno de los jugadores llegue a los veinte puntos de victoria, momento en el cual se desatara el fin de partida, permitiendo una última ronda de juego, donde habrá que exprimir las acciones para procurar adelantar todo lo posible en el track de puntos.

Para esto contaremos inicialmente con tres trabajadores a lo que ir colocando (según las cartas iniciales puede varias, pero es lo más habitual). Todo se dividirá en las cuatro estaciones del año, en primavera seleccionaremos el orden de turno y las ventajas que este te otorga. En verano realizaremos acciones como recibir visitantes que nos proporcionaran dinero, construir edificios en nuestra bodega, seleccionar uvas o plantar estas mismas. Ademas podremos tomar cartas de encargo de verano (verdes), o jugar cartas con efectos potentes amarillas. Con estas últimas normalmente se podrán hacer combos que te permitirán hacer más acciones a la vez.

Los trabajadores que utilices en esta fase, no se recuperan hasta terminar el año, por lo que si no te dejas ninguno, no podrás realizar acciones en el invierno.

Pasamos al otoño, donde exclusivamente recibiremos cartas de visitantes, esas poderosas que podremos jugar en forma de combo. Para finalmente pasar a la parte del invierno, donde volveremos a tener disponibles varias acciones, como cultivar nuestras uvas, crear vinos con estas, habilitar nuevos trabajadores, cumplir encargos o jugar las cartas de visitantes moradas.

No se podrá realizar todas las acciones que te vengan en gana, ya que estarán limitados los espacios según el número de jugadores. Aunque siempre nos quedara el recurso de utilizar a nuestro trabajador «especial», un meeple de mayor tamaño que siempre nos permitirá ir al lugar de una acción y realizarla. Además uno de estos huecos tiene una bonificación.

Una de las cosas que me gusto más son los efectos de las cartas, aunque el efecto azar de como te toquen puede echar para atrás. Lo más normal es que puedan dar algún beneficio a tus compañeros de mesa, pero por supuesto llevándote tu uno mayor. Como ejemplo la primera que utilice yo, que permitía a todos los jugadores retirar su meeple grande para volver a utilizarlo, a cambio me llevaba un punto de victoria por cada jugador que así lo hiciera. Lo hicieron todos menos uno y me lleve 5 puntazos de victoria, que me las hicieron ver muy felices, y luego no me servirían de nada.

Me han comentado que ciertas reglas se han cogido de la ampliación Tuscany para esta edición, y que mejoran el juego original. Además si le añades esta ampliación, a la que todo el mundo tacha de imprescindible, se harán muchas más acciones en las estaciones de transición.

Me ha encantado este juego, es un euro que capta bastante bien el tema. No se hace pesado, ya que es más ligero que duro, de ahí la catalogación de euro-medio. Los acabados del mismo son excelentes como nos tiene acostumbrados Stonemaier Games y que nos trae la gloriosa Maldito Games en castellano. Lo meto en mi lista de imprescindibles a la espera de incluirlo en mi ludoteca.

Gracias a Generación X Alcala de Henares por cedernos un espacio, y a los compañeros de mesa (Roberto y Daniel Marco, Piru, Mr.Fapresto y Tabo) por una agradable partida sin AP.

Disculpas adelantadas si hay algún error, pero ente que jugamos al principio un par de cosas mal, y que han pasado diez días de la partida, seguro que se me paso algo.